La toxina botulínica es el tratamiento de las arrugas de expresión, así denominadas por su relación directa con la mímica facial; fundamentalmente de las arrugas de la frente, el entrecejo, las perioculares (patas de gallo) y las peribucales (verticales de los labios).
La toxina botulínica es una terapia causal, porque consiste en la paralización selectiva de los pequeños músculos responsables de ciertos gestos faciales innecesarios, cuya repetitividad determina la aparición de surcos y arrugas estables y profundas.
Es una denervación selectiva, mediante el empleo de fármacos; es decir un bloqueo de la liberación de ciertas sustancias fundamentales para el establecimiento de la conexión necesaria entre las terminaciones nerviosas y la placa motora del músculo. Por lo que consigue una suavización de los gestos.
En Clínica Martínez Amo, el dermatólogo realiza la exploración y le conseja el tratamiento más apropiado para su caso.