Existen diversos procedimientos:

• Los peeling químicos, tienen como objetivo primordial crear una mínima lesión tisular, que elimine alteraciones cutáneas y estimule la creación de nuevo tejido.

El resultado es la eliminación de una porción de la epidermis y/o dermis y la consecuente regeneración de nuevo tejido.

• Eliminación de estratos “lesionados” y su sustitución por una piel más “estética”.

• Inducción de una reacción enzimática e inflamatoria en los tejidos profundos. La activación de mediadores de la inflamación inducen la producción de colágeno nuevo y aumenta el riego sanguíneo cutáneo.

Según las alteraciones que queramos tratar (a qué profundidad en la piel se localizan) utilizaremos un peeling más o menos profundo. Cuanto más profundo sea éste, mayor es el periodo de recuperación, por lo que siempre buscamos inducir la mínima irritación para alcanzar los resultados buscados. De ahí que por lo general sea mejor repetir varios peeling medios o superficiales, antes que hacer uno profundo.

• Fotoenvejecimiento cutáneo.

• Manchas cutáneas.

• Arrugas.

• Cicatrices residuales de acné y post-traumáticas.

• Acné vulgar y rosácea.